Según cifras del DANE y Migración Colombia, Santiago de Cali ha sido clasificada como la quinta ciudad del país con mayor número de migrantes venezolanos en 2021, correspondientes al 66% del total en el Valle del Cauca. Una proporción importante de esta población es altamente vulnerable y está expuesta a diversos riesgos, pues experimentan necesidades básicas alrededor de la vivienda, alimentación, empleo, acceso a la educación, protección social y servicios de salud. Igualmente, se ha documentado la falta de garantía de derechos sexuales y reproductivos, especialmente en mujeres, niños/niñas y personas de la comunidad LGTBIQ+.
Así lo expuso el grupo de investigación “Condiciones de Vida y Salud”, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad del Valle, en su reciente estudio sobre “Necesidades y prácticas en sexualidad y salud sexual y reproductiva en población migrante venezolana residente -parcial o permanente- en Santiago de Cali”**. Se realizaron entrevistas a personas venezolanas, entre 15 a 60 años, entre ellas mujeres, hombres y personas con orientaciones e identidades sexuales diversas.
Se encontró que algunas de estas personas viven o han vivido en calle del "rebusque", ejerciendo trabajo sexual, concentrando gran parte de sus esfuerzos en actividades para sobrevivir día a día lo cual reduce y casi elimina sus posibilidades de goce, disfrute y placer en el ámbito reproductivo y sexual. Se identificaron otras necesidades en torno al desconocimiento de los procedimientos para formalizar su situación migratoria y para afiliarse al sistema de salud. Así mismo, de la oferta de servicios de salud del municipio donde pueden ser atendidos por la red pública o los organismos de cooperación internacional y de esta manera, incrementar y mejorar el uso de los métodos anticonceptivos, acceder a servicios ginecológicos y para las embarazada a los controles prenatales, la atención y el seguimiento del postparto.
Entre la población migrante que pertenece a la comunidad LGTBIQ+, se detectaron necesidades primordialmente en el acceso a los medicamentos antirretrovirales para personas diagnosticadas con VIH, al igual que frente al conocimiento y acceso a las rutas de atención para manejo de consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, de diversas formas de violencia y de los derechos sexuales y reproductivos.
Por otra parte, en adolescentes y jóvenes, las necesidades identificadas estuvieron ligadas al escaso conocimiento de las infecciones de transmisión sexual (ITS) y del uso adecuado de los métodos de anticoncepción, así como de los procedimientos contemplados en la ley colombiana para la interrupción voluntaria del embarazo (IVE - aborto). Se identificó un fuerte aislamiento de muchos adolescentes y jóvenes de sus pares debido a la pandemia y por las precarias condiciones de vida, ya que algunos no estudian, deben trabajar en la informalidad, deben permanecer en sus viviendas cuidandolas o son aislados por sus familias para protegerlos de cualquier riesgo. En algunos casos, la práctica de sexo sin protección derivó en embarazos no deseados.
En general, se identificaron necesidades de relaciones afectivas. Igualmente de redes de soporte emocional y económico como consecuencia de situaciones de soledad, precariedad económica y débil integración a la sociedad colombiana.
Los relatos de las personas entrevistadas también permitieron concluir que las formas en que los migrantes hacen su trayecto desde Venezuela hasta llegar a nuestra ciudad se relacionan con sus condiciones de vida y necesidades y prácticas específicas en salud sexual y reproductiva. Mientras las personas que hicieron sus desplazamientos en bus hasta Cali tienen necesidades básicas resueltas y estuvieron expuestos a menos riesgos de su salud sexual y reproductiva, las personas que fueron caminantes o hicieron recorridos combinando aventones y caminatas, tienen peores condiciones de vida en la ciudad y por consiguiente, muchas más necesidades generales y en salud sexual y reproductiva no resueltas. Esto significa que la salud de los y las migrantes está determinada por las condiciones de su proceso migratorio y muchos que estaban mal en Venezuela, no logran mejorar saliendo de su país.
Frente a este panorama, tanto los investigadores como las agencias e instituciones involucradas en el Proyecto, consideran vital implementar programas de inclusión de la población migrante, así como diseñar rutas de atención de acuerdo con necesidades y prácticas identificadas, que articulen la red de servicios de salud con las agencias de cooperación. Al mismo tiempo, desplegar programas culturales, deportivos y formativos en los territorios abiertos a población venezolana y colombiana. Se requiere garantizar una vida digna y placentera, la cual contempla, entre otros, la garantía de los derechos sexuales y reproductivos para todas las personas que residen en Cali y en Colombia, puesto que desde la perspectiva humana, nadie pierde sus derechos por ser migrantes.
**El Proyecto de investigación fue financiado y apoyado por HRP Alliance, UNDP-UNFPA-UNICEF-WHO-World Bank Special Programme of Research, Development and Research Training in Human Reproduction (HRP), a co sponsored programme executed by the World Health Organizatio n (WHO). This work also received support from the Alliance for Health Policy and Systems Research, Science Division at the World Health Organization, the Center for Perinatology, Women's Health, and Reproduction (CLAP) at the Pan American Health Organization, and the Centro de Pesquisas em Saúde Reprodutiva de Campinas (CEMICAMP), Brazil.